Bombas de Tiempo:
Son virus convencionales y pueden tener una o más de las características de los demás tipos de virus pero la diferencia está dada por el trigger de su módulo de ataque que se disparará en una fecha determinada. No siempre pretenden crear un daño específico. Por lo general muestran mensajes en la pantalla en alguna fecha que representa un evento importante para el programador.
Ejemplo:
El virus Michel Angelo sí causa un daño grande eliminando toda la información de la tabla de particiones el día 6 de marzo.
Problema del Año 2000
El problema del año 2000, en efecto, amenaza con hacer estragos en muchas empresas, grandes y pequeñas, en todo el mundo. Inicialmente, este problema parece fácil de resolver, pues se trata de ajustar los sistemas de computadoras para que puedan reconocer los años que siguen a 1999: 2000, 2001, 2002, etc. Pero, para lograr esto, los sistemas deben tener la capacidad de entender las cifras del año como números de cuatro dígitos, y, hasta hace poco, prácticamente todos los sistemas almacenaban información de fechas asignándole al año sólo dos dígitos, de manera que 1981, por ejemplo, se guarda como "81", ya que el sistema asumía que los primeros dos dígitos del año serían "19". Si esto no se rectifica, los sistemas archivarán los años posteriores a 1999 con las cifras "00", "01, "02", etc., y asumirán que se trata de los años 1900, 1901, 1902, y así sucesivamente.
El moderno mundo empresarial depende de miles de microcircuitos integrados que contienen datos e informaciones de tiempo. Una falla puede provocar una reacción en cadena. El problema del año 2000 puede interrumpir la fabricación y el envío de productos, pueden perderse los vínculos electrónicos con los asociados, los sistemas de telecomunicaciones pueden quedar afectados, los viajes pueden retrasarse o incluso perderse. Hasta las redes electrónicas de algunos países podrían resultar perjudicadas.
El enfoque acerca del problema del año 2000 se ha centrado fundamentalmente en definir la política de actualización, medición y cambio de los equipos centrales de datos de las grandes compañías, pero no se han tenido realmente en cuenta sus posibles repercusiones sobre las estaciones de trabajo, las PCs y las máquinas de menor capacidad de procesamiento, pensando que la alteración de la fecha no afectará el funcionamiento de este tipo de máquinas.
El problema del escritorio podría, de hecho, ser más difícil de resolver de lo que ha sido en la macrocomputadora, debido a que las PCs no están controladas centralmente, sino que se encuentran dispersas a lo largo de una organización y corren aplicaciones desconocidas.
¿Qué puede pasar?
Cuando se analiza el problema del año 2000, se llega a la conclusión de que los fabricantes de computadoras nunca pensaron en dicha fecha, o simplemente creyeron que el mundo no iba a llegar a ella, porque el calendario interno preconstruido de la mayor parte de los sistemas y procesadores de computación, no es capaz de identificar el año 2000, sino que lo interpreta regresivamente, como si se tratara de 1900. En otros casos, la situación es aún peor: este año crítico ni siquiera existe para el sistema. Ahora, el mundo informático tendrá que enfrentarse a las consecuencias de esta grave omisión. He aquí algunas de ellas:
-Los cajeros automáticos no van a entregar dinero ni aceptar depósitos si no son adaptados rápidamente. La mayor parte de esas máquinas no tienen procesadores no tienen procesadores compatibles con el año 2000. Hay grandes cadenas de ATM que todavía no han hecho absolutamente nada al respecto.
-Todo lo referido a nuestra identidad –si somos menores de 101 años de edad- va a entrar en crisis, ya que los sistemas van a interpretar que no hemos nacido todavía.
-Si su compañía telefónica no toma las precauciones necesarias, le recomendamos no hacer llamadas que se inicien el 31 de diciembre de 1999 y terminen el 1ro de enero del año 2000, aunque sean solamente de un minuto. La cuenta se facturará por 100 años de llamada telefónica ininterrumpida (algo similar le puede ocurrir con todos los servicios domiciliarios).
-Los sistemas de los bancos no sabrán cómo calcular los intereses de su cuenta de ahorro, ni de los préstamos.
-Mucha gente no podrá entrar a sus centros de trabajo, porque los relojes de control de entradas y acceso determinarán que no puede ingresar quien no sido empleado todavía.
-Si a usted le corresponde trabajar durante la noche del 31 de diciembre de 1999 al 1ro de enero del 2000, puede llevarse una agradable sorpresa cuando reciba el cheque de su salario: quizás le paguen cien años de horas extras de trabajo.
-La fecha que diariamente se reflejaría en su PC sería, por supuesto, una interpretación incorrecta del reloj interior de su computadora. En consecuencia todos los sistemas programados cronológicamente se alterarían. Su correo electrónico reflejaría una fecha equivocada, su programador diario funcionaría mal y por tanto fallaría en informarle de sus citas, reuniones de negocios y otras vitales actividades. Obviamente como los documentos se archivan de acuerdo a la fecha en que se actualizaron o en que entraron al sistema, perdería control completo de sus registros y documentos.
-Su programa de contabilidad podría comenzar a enviar estados de cuentas a pagar con 99 años de interés, etc.